Quiero ser.
Es curioso como de pequeños solo pensamos en lo que queremos ser y lo que haríamos cuando fuéramos adultos, pero lo lento que pasaba el tiempo para poder serlo era eterno. Recuerdo esas palabras que me decían los "mayores" y me enfadaban cuando seas mayor..., solo lo pueden hacer los mayores o esta película es para mayores. Yo creía que ser mayor era lo mejor que podía pasar, tenían libertad para hacer lo que quisieran, comían lo que querían, veían todas las películas que podían y encima, no tenían horario para ir a dormir. Yo quería ser mayor.
Hoy, decidí echar la mirada atrás y he pensado: un momento, ya soy mayor ¿Ahora qué?. No he necesitado 23 años para saber que soy adulta, pero sí un día para darme cuenta de todo lo que he hecho y a dónde he llegado. Hace nada era una niña muy morena que quería ser bombera.
De pequeña era una niña calmada, con mucho carácter, optimista, solitaria y muy risueña. Adoraba ir a la playa, ver películas todo el día y bailar. Recuerdo que la primera canción que me aprendí fue La del pirata cojo de Joaquín Sabina, cada vez que veía a un amigo de mis padres les hacia mi interpretación, con baile, de esta canción. Mi primer disco, que aun a día de hoy me se, fue El viaje de copperpot de La oreja de Van Gogh y Hercules era mi película favorita de Disney, me sabía todos los diálogos. Quería participar en Noche de estrellas porque, cuando era pequeña, si un mayor me preguntaba qué quería ser yo decía: artista. Y es que yo quería dedicarme a todo, actriz, cantante, bailarina, presentadora...creía que de mayor participaría en un musical en Broadway, las tardes me las pasaba con un canal musical de fondo imitando todos los videoclips que salían. Sólo tenía un problema, tenía miedo escénico. Así que lo descarté.
En una excursión con el colegio vimos como actuaban los bomberos en casos de emergencias, me encantó ver como ayudaban a las personas. Salvaban vidas, yo quería ser así de valiente. Esta vez si los mayores me preguntaban decía: quiero ser bombera. Pero esta etapa fue breve porque no podía dejar que los animales sufrieran, también quería salvarles, así que si los mayores preguntaban diría: quiero ser veterinaria. La fase terminó cuando lloré por ver un bogavante vivo entrando en una hoya para comerlo en una paella, siendo veterinaria tenía que ver animales en mal estado o a punto de morir, era demasiado sensible para dedicarme a ello. Así que al final decidí ser Psicóloga, con esa empatía podría ayudar a la gente con sus problemas y yo quería aportar en las personas. Por fin tenía una respuesta definitiva: quiero ser psicóloga.
Recuerdo que para estudiar tenía una grabadora en casa, decía el temario y lo escuchaba reiteradas veces hasta que lo memorizaba. Eso es lo que le decía a mi madre, en verdad la grabadora la usaba para recrear un programa de radio de misterios alienígenas, tenía cabecera y efectos de sonido realizados por mi,( no se donde están pero me encantaría volver a escuchar esas cintas). Un día dije: tengo que hacer esto pero en video. Así que grababa historias, las montaba y me divertía con ellas. Era mi hobby, grabar, montar y ver el resultado. Un día le enseñé mis vídeos a mi prima, y me dijo que por qué no me dedicaba a esto, no sabía que se podía estudiar audiovisuales, era algo que ni se me había ocurrido. Pues ya sabía lo que quería ser, era todo lo que quería desde el principio, sería artista y además aportaría algo a la gente. En la radio les aportaría información, en la televisión aportaría entretenimiento y en el cine aportaría sentimientos. Ayudaría a la gente a evadirse de sus ajetreadas vidas y de sus continuas dificultades. Si un mayor me preguntaba qué quería ser yo ya lo tenía claro: quiero ser comunicadora audiovisual.
Con 14 años me puse a investigar qué tenía que hacer para ser comunicadora, qué universidades habían, qué medias necesitaba, qué ramas eran las necesarias para conseguir mi objetivo, soy muy cabezona, y lo que quiero, lo consigo. Y lo conseguí, bueno, salvo por un hecho, quería ir a Santiago de Compostela y terminé en Pontevedra, pero las cosas suceden por algo y me encanta que salieran así.
Con todo esto, quiero contaros como un simple quiero ser ha marcado el rumbo de mi vida. Ha creado en mí experiencias, objetivos y sueños. Aunque a día de hoy mi respuesta siga siendo la misma, lo cierto es que aun hay muchas cosas que quiero ser, seguramente algunas las consiga y otras se queden en fases, pero ¿Y lo divertido que será intentarlo?. Ya sabéis la frase, querer es poder.
Hoy, decidí echar la mirada atrás y he pensado: un momento, ya soy mayor ¿Ahora qué?. No he necesitado 23 años para saber que soy adulta, pero sí un día para darme cuenta de todo lo que he hecho y a dónde he llegado. Hace nada era una niña muy morena que quería ser bombera.
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En busca de lo que quiero ser |
En una excursión con el colegio vimos como actuaban los bomberos en casos de emergencias, me encantó ver como ayudaban a las personas. Salvaban vidas, yo quería ser así de valiente. Esta vez si los mayores me preguntaban decía: quiero ser bombera. Pero esta etapa fue breve porque no podía dejar que los animales sufrieran, también quería salvarles, así que si los mayores preguntaban diría: quiero ser veterinaria. La fase terminó cuando lloré por ver un bogavante vivo entrando en una hoya para comerlo en una paella, siendo veterinaria tenía que ver animales en mal estado o a punto de morir, era demasiado sensible para dedicarme a ello. Así que al final decidí ser Psicóloga, con esa empatía podría ayudar a la gente con sus problemas y yo quería aportar en las personas. Por fin tenía una respuesta definitiva: quiero ser psicóloga.
Recuerdo que para estudiar tenía una grabadora en casa, decía el temario y lo escuchaba reiteradas veces hasta que lo memorizaba. Eso es lo que le decía a mi madre, en verdad la grabadora la usaba para recrear un programa de radio de misterios alienígenas, tenía cabecera y efectos de sonido realizados por mi,( no se donde están pero me encantaría volver a escuchar esas cintas). Un día dije: tengo que hacer esto pero en video. Así que grababa historias, las montaba y me divertía con ellas. Era mi hobby, grabar, montar y ver el resultado. Un día le enseñé mis vídeos a mi prima, y me dijo que por qué no me dedicaba a esto, no sabía que se podía estudiar audiovisuales, era algo que ni se me había ocurrido. Pues ya sabía lo que quería ser, era todo lo que quería desde el principio, sería artista y además aportaría algo a la gente. En la radio les aportaría información, en la televisión aportaría entretenimiento y en el cine aportaría sentimientos. Ayudaría a la gente a evadirse de sus ajetreadas vidas y de sus continuas dificultades. Si un mayor me preguntaba qué quería ser yo ya lo tenía claro: quiero ser comunicadora audiovisual.
Con 14 años me puse a investigar qué tenía que hacer para ser comunicadora, qué universidades habían, qué medias necesitaba, qué ramas eran las necesarias para conseguir mi objetivo, soy muy cabezona, y lo que quiero, lo consigo. Y lo conseguí, bueno, salvo por un hecho, quería ir a Santiago de Compostela y terminé en Pontevedra, pero las cosas suceden por algo y me encanta que salieran así.
Con todo esto, quiero contaros como un simple quiero ser ha marcado el rumbo de mi vida. Ha creado en mí experiencias, objetivos y sueños. Aunque a día de hoy mi respuesta siga siendo la misma, lo cierto es que aun hay muchas cosas que quiero ser, seguramente algunas las consiga y otras se queden en fases, pero ¿Y lo divertido que será intentarlo?. Ya sabéis la frase, querer es poder.
¿Y tú qué quieres ser cuando seas mayor?
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