De kilómetros a centímetros
Lo bueno de ser una loca que guarda y escribe todo lo que le pasa a lo largo de su vida es cuando lo lees unos años después, comienzas a recordar con morriña esos momentos que marcaron una importante etapa de tu vida. Este fin de semana me puse a desempolvar todos mis diarios y muchos pensamientos que escribí me llamaron la atención, en especial mi temor de perder a mis amigos de Tenerife.
Tenía miedo a no encontrar a gente como la que había dejado atrás y, sobre todo, tenía miedo a perderlos. Eso de las relaciones a distancia no son posibles era un frase que usaba a la ligera porque verdaderamente creía que era así. No tenían razón los que dijeron esa frase. A día de hoy mis mejores amigos siguen siendo los mismo que hace 10 años, e incluso de 20.
Considero que hay dos elementos necesarios en nuestras vidas: la amistad y el amor. Y ambos me parecen igual de difíciles de conseguir, aunque es muchas ocasiones, van de la mano. En cierta forma, soy afortunada porque no me siento escasa de ninguno. La amistad me parece mucho más difícil que el amor, ser un buen amigo es una asignatura complicada de aprobar.
Para mí los amigos son personas que te quieren sin juzgar, ayudan a mejorar, resaltan tus virtudes y no le dan importancia a tus defectos. Te apoyan en tus metas, no recriminan tus equivocaciones, tienen un amplio repertorio para animarte cuando estás mal, saben cuando es el momento de dejarte solo y cuando el momento de no dejarte ni un segundo en paz. Los amigos son únicos. Y con muy pocos consigues cumplir esto, solo con los que quieres de verdad.
Mis miedos se quedaron atrás cuando vi que no solo encontré en Galicia a gente maravillosa y a grandes amistades que sé que tendré para siempre, sino que en Tenerife también me esperan amigos que dan todo por hacer que esos kilómetros que nos separan se conviertan en centímetros. La amistad al final no se trata de tiempo, sino de calidad. Que esos pocos momentos que puedo verlos sean tan excitantes y cargados de grandes momentos que sepas cuando te despides de ellos que vale la pena.
Curiosamente, la persona con la que más hablo al día está a 2400km. No hay cosa que no sepan, todo lo que me pasa o haga ellos lo sabrán primero y, si eso, el mundo después. Los veo mínimo 3 veces al año, pero os prometo que son los más intensos y mas valiosos. Despedirnos es el momento más doloroso y más complicado, pero, una vez hecho, contamos los días para volver a vernos. Cuando nos encontramos el tiempo es oro, si no se tiene que dormir, no se hace. Hay mucho de que debatir, ver y disfrutar, lo bueno dura poco. Y cuando nos vemos, todo el mundo debe saberlo porque las fotos son una parte fundamental, hay que hacer, mínimo, un reportaje fotográfico. En ocasiones incluso me pongo un poco triste al ver como hay gente que puede vivir momentos importantes de sus vidas con ellos, una quiere formar parte de él y estar ahí, porque sabes que ese momento es valioso para esa persona. El pánico de ser sustituida que al principio invadía mis temores desvanece, porque sabes, que a estas alturas, ya no ocurrirá.
Al final si algo he aprendido es que la distancia no es importante para mantener una amistad. Cuando se quiere a alguien no hay barreras. Por eso, este es uno de los miles de motivos por los que me siento afortunada. Porque estando tan lejos, siento que estoy muy cerca.
Si vosotros os encargáis de los centímetros, yo lo haré de los kilómetros. |
"Para preservar un amigo tres cosas son necesarias: honrarlo cuando está presente, valorarlo cuando está ausente, y asistirlo cuando lo necesita."
Proverbio Italiano
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